sábado, 9 de octubre de 2010

Willy Fog se irá de mudanzas

Esperamos que en un futuro próximo Willy Fog se vaya de mudanzas. No es que se vaya a mudar él sino que ayudará a los cuñados en la mudanza de casa aunque antes han de vender su piso.
Si buscas piso en Esplugues de Llobregat o conoces a alguién que lo busque, por cierto, muy bien comunicado, listo para vivir, no hay que hacer nada pero nada de obras y con una terraza fantástica, consulta el siguiente blog donde encontrarás datos y fotos de la vivienda:

¿Cómo estas en geografía?

Para quién quiera repasar o ponerse al día en geografía, he aquí una web con un juego divertido e interesante:

Excursión por el desfiladero

Nuestro último día en Vilamòs también amaneció nuboso aunque con una ligera mejoría respecto a los días anteriores. Como ya teníamos que ir de vuelta a casa elegimos visitar otro lugar fuera de la Vall d'Aran, por si acaso se le ocurría volver a llover. Eso sí, antes de irnos tocaba hacer unas fotos de recuerdo del pueblo donde estuvimos alojados, aún con  mala luz por el mal tiempo y por la hora temprana de la mañana hicimos lo que podíamos con nuestras cámaras.
Abrevaderos y lavaderos de Vilamòs

Iglesia de Santa María, uno de los templos románicos más antiguos del valle (x.X-XI)

Elegimos ir de excursión al desfiladero de Mont-rebei, ya habíamos estado en este lugar en otra ocasión. Por el camino hicimos una pequeña parada en el desfiladero de Sopeira, cerca del embalse de Les Escales.

El desfiladero de Mont-Rebei lo forma el río Noguera Ribagorçana al atravesar la sierra del Montsec. Es el único desfiladero de Cataluña que no es atravesado por carreteras, ferrocarriles o línias eléctricas, únicamente recorrido por un camino parcialmente excavado en la roca que permite tener una vista espectacular. En algunos tramos las paredes alcanzan 500 m de caida vertical y en la zona más estrecha la anchura es de 20 m.



Huyendo de la lluvía

El pronóstico del tiempo para el sábado anunciaba una mejoría del tiempo pero los metereólogos se olvidaron de la Vall d'Aran porque el día amaneció con lluvias intensas, peores que las del viernes.
Después de recorrer varios kilómetros por una estrecha carretera hacia la cascada de Saut deth Pish nos tuvimos que ir sin llegar a poner un pie fuera del coche, llovía a cántaros y de nada servía el paraguas. Tan mal aspecto tenía el día que tuvimos que pensar una solución si no queríamos pasar el día en el coche o calados hasta los huesos. Willy Fog tuvo una idea que resultó ser brillante, cruzar el túnel de Vielha e ir hacia la Vall de Boí alejándonos de la Vall d'Aran. Nada más cruzar el túnel apareció el sol y el cielo azul aunque tuvimos que cambiar las excursiones a la montaña por visitas a iglesias románicas
Nuestra primera parada fué en las pistas de esquí de Boí, con grandes vistas sobre la zona.
A continuación dedicamos visitamos las iglesias románicas románicas del valle, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Iglesia de Sant Climent de Taüll (s.XI-XII)


Iglesia de Santa Maria de Taüll (s.XI-XII)


Calle del pueblo de Boí. Entre iglesia e iglesia también visitamos los pueblos donde estaban situadas
Sant Joan de Boí (s.XI-XII)


Vistas del Aneto (3.404 m de altitud)
Iglesia de Santa Eulàlia d'Erill la Vall (s.XI-XII)


Iglesia La Nativitat de Durro (s.XII)


Iglesia de Sant Feliu de Barruera (s.XI-XII)
Vida tranquila en el casco antiguo de Barruera
Paseo por el pueblo de Barruera Tras un buen día visitando iglesias y pueblos volvimos a Vilamòs. Quizá el tiempo había mejorado por Vall d'Aran? ... pués va a ser que no. A medida que nos acercabamos al túnel de Vielha se oscurecía más y más el cielo, las cumbres de las montañas estaban ya nevadas y la temperatura bajaba hasta 4 grados. Por el retrovisor del coche se veía aún el sol y el cielo azul que iban quedando atrás.

Willy Fog en la Vall d'Aran

Casi un mes en casa no puede ser sano, las vacaciones de verano ya quedan muy lejos y tocaba una salida fuera de Barcelona. Aprovechando que el viernes 24 de septiembre era día festivo en Barcelona nos alejamos de la ciudad y del bullicio de las fiestas de la Mercè para buscar la tranquilidad de la montaña. El pronóstico del tiempo no era bueno pero aún así nos fuimos hacia la Vall d'Aran, a 4 horas en coche desde Barcelona.
Nuestro alojamiento estaba en Vilamòs, un pueblo al que se llega por una carretera de montaña llena de curvas cerradísimas en sus 4 primeros kilómetros de trayecto, debe ser tremendo recorrerla en invierno !!! Bueno, tampoco entusiasma recorrer esta carretera de noche, que es cuando llegamos nosotros. Eso sí, el pueblo es un buen lugar para alojarse, muy tranquilo, con buenas vistas al valle y pequeño, sin el acúmulo masivo de segundas residencias que parecen haber invadido la zona.
Nuestro primer día amaneció nuboso, ya lo esperabamos. Tuvimos falsas esperanzas cuando vimos unos grandes claros en el cielo e incluso un sol radiante pero el buen tiempo duró poco. Las nubes aumentaban a medida que nos acercabamos a Val deth Toran, lugar escogido para nuestra primera excursión. Dicen que este estrecho valle cercano a la frontera francesa es la zona donde viven los osos pardos que han introducido en los Pirineos, nos hubiera encantado verlos pero debe ser como encontrar una aguja en un pajar porque hay pocos ejemplares en una zona muy amplia. Buscamos intensamente pero no hubo suerte aunque tampoco nos fuimos con las manos vacias, vimos 3 rebecos, una madre con dos crias que también eran bien interesantes.
La niebla empezó a subir por el valle seguida de una intensa lluvía que nos obligó a bajar en busca de lugares con mejor tiempo.
Los bosques en la Val deth Toran son típicamente atlánticos, llenos de robles, pinos, fresnos, sauces, hayas y castaños.El tiempo no mejoraba y lo mejor que se podía hacer era visitar los diferentes pueblos que encontrabamos por el camino. Algunos poco habitados como Sant Joan de Toran y eth Pradet.
Otros, como Canejan, más grandes y habitados, quizá con menos encanto que los anteriores pero con buenas vistas al valle.
Para finalizar el día fuimos a una zona cercana a Vilamòs que prometía ser un buen lugar de observación de ciervos pero no hubo suerte, la berrea en esta zona todavía tardaría un par de semanas en llegar. Con frío y lluvía nos retiramos a nuestro alojamiento, un buen plato de olla aranesa nos esperaba para cenar.